Las manos el mejor equipo

Antes de profundizar en este espacio sobre aparatología. Queremos rendir nuestro homenaje a quienes han privilegiado y desarrollado hasta un grado de exquisitez todas las prácticas en el gabinete, es decir el mejor aparato que existe: las propias manos.

Ellas siempre responderán con lealtad y sus respuestas se iniciaran ante la más leve orden que les transmita nuestro cerebro, desarrollando tanto tareas de gabinete que exigen un esfuerzo importante como aquellas que solamente se traducen por suaves y sutiles movimientos. Con manos entrenadas es innumerable la cantidad de programas que se pueden desarrollar con exacta fidelidad, para aplicar sobre la piel todo aquello que sea necesario. Una de las sensaciones más gratificantes es el contacto o roce suave de las manos del profesional con la piel del cliente. Y se puede afirmar que esta última se sentirá invadida por una sensación de seguridad, tibieza y apoyo que no brinda ningún aparato. Nunca hay que olvidar el potencial de nuestras manos: al contrario, su capacidad de desarrollo podrá llegar casi hasta el infinito. No obstante ello, hay múltiples efectos que deseamos aplicar sobre la piel de nuestros pacientes para lograr las respuestas apropiadas que no pueden ser conseguidas por nuestras manos. Para ello está la aparatología.

De su aplicación sensata, coherente y razonada, avaladas por el CONOCIMIENTO previo y en profundidad del problema a corregir, así como os mecanismos de acción y los efectos que produce cada aparato y por una capacitación en su manejo, se podrán alcanzar los mejores resultados que produce la aparatología.